sábado, 27 de abril de 2013


El papel del Partido Popular en la generalización del aborto


 
 
Recientemente ha publicado el escritor Juan Manuel De Prada en el periódico ABC un excelente artículo en el que se reflexiona sobre la responsabilidad que ha tenido el PP en la generalización del aborto en España. Lo reproducimos a continuación.
“Decía Balmes que los partidos «de instinto moderado y sistema conservador» se convertían a la postre en conservadores «de los intereses creados de una revolución consumada y reconocida»; y que, a la postre, resultaban más útiles a la Revolución que los propios partidos revolucionarios.

Así ocurre en la cuestión del aborto, donde vemos cómo el partido conservador se convierte, mientras gobierna, en conservador de los «avances» del partido socialista, para que luego el partido socialista pueda seguir «avanzando» tan ricamente, en la seguridad de que el partido conservador conservará las cosas en el exacto punto en el que él las dejó. Ocurrió durante los dos mandatos de Aznar, en los que se «conservó» fielmente la legislación despenalizadora del aborto impulsada por González, para que luego Zapatero pudiera seguir «avanzando»; y vuelve a ocurrir ahora, pese a todos los jeribeques y pamemas que el nuevo gobierno conservador ha probado ante la galería. Año y medio después de que accediera al poder con mayoría absoluta, la legislación sobre el aborto sigue siendo la que Zapatero dejó.

De este modo, tal como señalaba Balmes, los partidos conservadores vuelven a mostrarse a la Revolución más útiles que los propios partidos revolucionarios. Las legislaciones abortistas siempre las impulsa el partido socialista; pero, ¿quién ha permitido que la mentalidad abortista arraigue y se consolide cada vez más entre la sociedad española? Sin duda, el partido conservador, dejando que tales legislaciones se asienten. Y aun me atrevería a señalar un aspecto más trágico: mientras gobiernan los socialistas, sus legislaciones abortistas se tropiezan con una resistencia contumaz por parte de sectores de la sociedad española que son naturalmente antiabortistas; pero que, cuando gobiernan los conservadores, se relajan en su celo y abandonan las posiciones de resistencia que habían mantenido antes. De esta actitud dimisionaria ha tomado buena nota el partido conservador, que así puede actuar de modo perfectamente hipócrita: combatiendo, mientras se halla en la oposición, leyes que ni siquiera se planteó derogar mientas gobernó, a sabiendas de que cuando vuelva a gobernar tampoco las derogará; pero sirviéndose, entretanto, de la gente bienintencionada que piensa –o quiere pensar: wishful-thinking– que las derogará.

La ofuscación ideológica interviene luego; y el defensor de la vida puede, incluso, llegar a la conclusión racionalmente absurda de que, en la cuestión del aborto, el partido conservador representa «el mal menor»; y que, por lo tanto, entre el «aborto de izquierdas» y el «aborto de derechas» debe optarse por el segundo. Pero el principio de que es lícito elegir un mal menor vale en determinados casos; no así en caso de error moral, donde no es posible elegir el «menor error». El error mezclado con medias verdades, o con morigeraciones hipócritas, es infinitamente más perverso que el error craso, pues el segundo provoca en la conciencia un repudio inmediato, mientras que el primero la ayuda a «contemporizar». Dos y dos son cuatro, no cinco ni veintisiete; si quien sabe que son cuatro se pone de parte de quienes afirman que son cinco, por no dar la razón a quienes afirman que son veintisiete, hace mucho más daño, pues el «error menor» puede llegar a ser asimilado mucho más fácilmente por las conciencias que el error craso; y la aceptación del «error menor» es condición indispensable para que, a la larga, el error craso se imponga y triunfe. Por eso el «aborto de derechas» es más útil al abortismo que el propio «aborto de izquierdas». La caracterización balmesiana vuelve a demostrarse infalible”.
Pues bien, al respecto de lo que indica en su artículo Juan De Prada, se ha publicado el 21 de abril en el periódico La Razón –periódico afín al PP- una noticia titulada “Los no nacidos recuperan sus derechos”. Esta noticia puede inducir a la confusión puesto que quien desconozca el asunto creerá que la ley que está promoviendo el PP defenderá al no nacido. Sin embargo, al parecer, la ley se basará en la doctrina del TC, por lo que poco distará de la promovida en su momento por González. Recordemos que ya dicha ley encontró en su momento la oposición de Alianza Popular. Tiempo después -como bien se desprende de lo que indica De Prada- el PP se está encargando de que la sociedad acabe asimilando la ley que en su momento promovió González. La responsabilidad del PP en la generalización del aborto es evidente.