jueves, 7 de junio de 2012


La dictadura del pensamiento único



Según una noticia publicada por ReligiónEnLibertad.com, una trabajadora británica de salud mental, está enfrentándose a la posibilidad de un despido por expresar en una conversación privada a sus compañeros de trabajo que las mujeres que se han practicado abortos pueden sufrir problemas mentales a largo plazo.

Durante la conversación la trabajadora afirmó que estaba preocupada por la poca información que se les proporciona a las mujeres que se plantean abortar sobre las consecuencias del aborto para la salud mental. Asimismo, enseñó un folleto sobre el síndrome post-aborto, que reproducía los testimonios de mujeres que han sufrido el citado síndrome.

Después de la conversación, la trabajadora fue llamada a una reunión con su manager, quien la interrogó sobre sus puntos de vista. Tras ello fue suspendida de su trabajo.

En una audiencia disciplinaria celebrada con posterioridad, se le dijo a la trabajadora que podría seguir trabajando sólo si nunca más iba a hablar de nuevo de sus creencias sobre el aborto. Ella respondió que no había hecho nada contrario a la ética o que atentara contra lo profesional, por lo que volvería decir lo que dijo.

Resulta de especial interés indicar aquí que el Colegio Real de Psiquiatras de Inglaterra en una declaración de marzo de 2008, admitió que el aborto puede dañar la salud mental de la mujer y recomendaba que no se les permitiera a las mujeres que abortaran hasta que fueran informadas sobre los riesgos.
El director ejecutivo del Centro Legal Cristiano, que está apoyando a la trabajadora, dijo que es “perturbador” que ésta sea perseguida por sus intentos de ayudar a los pacientes. Asimismo, indicó que “el nivel de intolerancia en la esfera pública, especialmente en el empleo en el sector público, es profundamente preocupante y sugiere que estamos viviendo en una sociedad que es cada vez menos libre”, y que las mujeres deben recibir información completa sobre las posibles amenazas para su salud, “dado que la decisión de practicarse un aborto afectará sus vidas para siempre”. Asimismo dijo que “además de ser una mala práctica médica, se están restringiendo dramáticamente en este caso la libertad de conciencia y la libertad de expresión”. El folleto que enseñó la trabajadora a sus colegas pretende educar al público sobre el síndrome post-aborto. Y es que, según afirma, “las mujeres que sufren de esta manera tienden a sentirse desamparadas, son incapaces de expresar lo que están sufriendo” y que “(...) son obligadas a mantenerse en silencio” a causa de un fuerte tabú, que impide hablar en contra del aborto en la sociedad británica.

Es significativo resaltar aquí que existen en España y en todo el mundo, multitud de asociaciones formadas por mujeres que han sido víctimas del aborto y que pretenden, precisamente, informar a las embarazadas sobre las trágicas consecuencias que vienen tras acabar con la vida del hijo.
Por otra parte, según he expuesto la Dra. Gómez Lavín (Dra. en Medicina y Psiquiatría) con un experiencia de más de 35 años en este asunto, el síndrome post-aborto se puede resumir en:

  • Trastorno de estrés postraumático (TEPT); el aborto cursa perturbaciones emocionales y psíquicas que pueden surgir inmediatamente o permanecer latentes y manifestarse tanto a lo largo del tiempo, como en diferido.
  • Síntomas depresivos y ansiosos (tristeza, lloro, angustia, llegando incluso a la tendencia o deseo de suicidio)
  • Sentimientos de culpa y de remordimiento irreversibles
  • Sueños recurrentes y pesadillas
  • Persistencia o rechazo de estímulos y situaciones que le recuerden el aborto.
  • Reacciones aniversario, al acercarse o cumplirse la fecha del aborto.
  • Alteraciones conductuales (desórdenes en la esfera de relaciones sexuales, en la alimenticia, problemas relacionales, abusos del alcohol y de las drogas…)
  • Pesimismo respecto al futuro (ira, violencia..)


Se puede ver la noticia de forma íntegra en: http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=13369