viernes, 17 de mayo de 2013




La clonación humana trata a los seres humanos como productos





Recientemente se ha publicado la noticia de que un grupo de investigadores de la Universidad de Oregón ha logrado la primera clonación de células madre embrionarias.

No han tardado la gran mayoría de los medios de comunicación españoles en alabar tal hecho, anunciado con profusión que dicho “logro” permitirá la curación de diversas enfermedades. Como viene siendo habitual en los mismos, se ha obviado en todo momento la valoración moral del hecho.

En este sentido, el cardenal de Boston y responsable del Comité Provida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, Sean O´Malley, ha advertido de que la técnica "va en contra de la dignidad de las personas porque trata a los seres humanos como productos, fabricados a fin de satisfacer los deseos de la gente". Asimismo, el purpurado ha indicado que "la clonación humana con cualquier propósito es incompatible con la responsabilidad moral de tratar a cada miembro de la familia humana como un don único de Dios, como una persona con su propia dignidad inherente".

"La creación de nuevas vidas humanas en el laboratorio únicamente para destruirlas es un abuso denunciado incluso por muchos que no comparten las convicciones de la Iglesia católica sobre la vida humana", ha afirmado el cardenal capuchino.

O´Malley también ha señalado –en contra de lo que afirman los investigadores, que sostienen que la técnica solo se utilizará para producir tejido, órganos, etc-, que si existe la técnica, se aplicará donde haya demanda y mercado, por ejemplo de "niños clonados".

Por todo ello el cardenal ha afirmado que "Un avance técnico en la clonación humana no es el progreso de la humanidad, sino todo lo contrario".

Por otra parte, hay que recordar que la clonación o transferencia nuclear aplicada a seres humanos está expresamente prohibida por el Protocolo Adicional al Convenio Europeo sobre los Derechos Humanos y la Biomedicina, vigente y aplicable en España. Concretamente, se prohíbe toda intervención que tenga por finalidad crear un ser humano genéticamente idéntico a otro ser humano vivo o muerto".

Finalmente, exponemos una vez más el razonamiento del premio Nobel de Medicina del año 2012, el japonés Shinya Yamanaka, premiado por descubrir que las células madres adultas pueden ser reprogramadas para convertirse en pluripotenciales, lo que no ocasiona ningún conflicto moral: "Observando el embrión, de repente me di cuenta de que entre él y mis hijas había una diferencia tan pequeña... Y pensé... No podemos seguir destruyendo embriones para investigar... Debe haber otro método".