lunes, 7 de enero de 2013



"Renovamos nuestra llamada a los políticos para que asuman su responsabilidad"
 


De esta manera se pronunciaba la Conferencia Episcopal Española en una nota hecha pública el pasado mes de noviembre con motivo del fallo del Tribunal Constitucional en relación al mal llamado “matrimonio homosexual”. En la misma se indicaba textualmente lo siguiente:
 
Renovamos nuestra llamada a los políticos para que asuman su responsabilidad. La recta razón exige que, en esta materia tan decisiva todos actúen de acuerdo con su conciencia, más allá de cualquier disciplina de partido. Nadie puede refrendar con su voto leyes que dañan tan gravemente las estructuras básicas de la sociedad. Los católicos, en particular, deben tener presente que, como servidores del bien común, han de ser también coherentes con su fe”

Pues bien, el Partido Popular, que suele concentrar el voto católico español, lleva ya más de un año gobernando y no ha tocado las leyes anti-vida ni anti-familia que heredó del Partido Socialista:
     
  • Del aborto sólo ha anunciado retoques menores y confusos que no llegan. Mientras tanto, según las cifras oficiales, se han en eliminado en España en el 2012 a 118.359 seres humanos (en parte financados con los impuesto de todos gracias a los conciertos que tienen los poderes públicos con los centros abortistas), cifra a la que habría que sumar las debidas al reparto masivo y gratuito de píldoras abortivas y al uso de determinados "métodos anticonceptivos" que impiden la anidación del nuevo ser humano.  
  • Del divorcio exprés, una forma de repudio rápido, no ha dicho absolutamente nada.
  • De la ley del “matrimonio homosexual”, tras el fallo del TC, diversos miembros del PP han indicado que la van a dejar tal y como está.
 
Es necesario resaltar que todos los gobiernos del mundo derogan cantidad de leyes promulgadas por sus predecesores, por muy constitucionales que sean, porque no las consideran adecuadas, mientras que el Partido Popular, a la vista de los hechos, ha decidido asumir como propias las leyes heredadas del nefasto gobierno de Zapatero.
 
En relación a ello el presidente de E-Cristians, Josep Miró, ha señalado que "al menos, en el PSOE dimitió la senadora Mercedes Aroz por el tema del aborto y el matrimonio homosexual” mientras que “en el PP no he visto dimitir a nadie".
 
Es más, no se ha observado que sus miembros se hayan manifestado en contra del actual planteamiento del PP, que en la práctica, desde el punto de vista moral, es cómo el del gobierno socialista.
 
La Congregación para la Doctrina de la Fe, el 3 de junio de 2003, indicó el relación al “matrimonio homosexual” lo siguiente:
 
"En caso de que el parlamentario católico se encuentre en presencia de una ley ya en vigor favorable a las uniones homosexuales, debe oponerse a ella por los medios que le sean posibles, dejando pública constancia de su desacuerdo; se trata de cumplir con el deber de dar testimonio de la verdad".
 
Resulta evidente que en España los políticos católicos pertenecientes al PP se han sometido a la disciplina de partido y han olvidado su obligación moral de "dejar pública constancia de su desacuerdo” y de “cumplir con el deber de dar testimonio de la verdad". Por todo ello, requerimos a los mismos que sean coherentes con su fe y muestren su desacuerdo público con toda ley que atente contra el derecho a vivir, contra la familia natural y contra el bien común.