miércoles, 19 de septiembre de 2012


La cara oculta del aborto (I)
 


Reproducimos por su interés parte de la exposición “La Cara Oculta del Aborto” del doctor Justo Aznar, miembro de la Academia Pontificia para la Vida y miembro numerario de la Real Academia de Medicina de la Comunidad Valenciana. Dicha exposición trata de las consecuencias sobre la vida humana de determinados métodos “anticonceptivos”.


No es infrecuente que ante un hecho o situación concreta la sociedad responda con una valoración ética muy diferente, según cómo dicha situación se le presente.

En este sentido existen formas del mismo hecho que hieren más intensamente la sensibilidad pública que otras, aunque en el fondo todas ellas debieran merecer el mismo calificativo moral. Esto puede aplicarse directamente al caso del aborto provocado. La valoración ético-moral que el aborto merece no es uniforme en todas las ocasiones, ya que depende en gran medida de cómo dicho aborto se nos presente. Está claro el rechazo de gran parte de la sociedad de las formas técnicas digamos “tradicionales” de efectuar el aborto, pero no lo está tanto en muchas otras formas de interrupción de la vida humana, que por no tener el dramatismo que normalmente muestra el aborto, nos pasan casi inadvertidas y existe una mucha menor sensibilidad social y crítica ante ellas.

Entre estas situaciones en las que se eliminan vidas humanas de no nacidos, se encuentran fundamentalmente las prácticas de fecundación “in vitro” y gran parte de los sistemas anticonceptivos que en la actualidad se utilizan. A estas formas solapadas de aborto, de eliminar vidas humanas incipientes, es a lo que voy a referirme en esta exposición.

Antes de entrar en ello, es necesario que me detenga en un hecho biológico fundamental para la comprensión del problema. Me refiero a la valoración del momento en que se inicia la vida humana.

Si se admite que la vida humana empieza con la fecundación, es decir, con la unión del óvulo y el espermatozoide, cualquier interrupción de la misma después de este hecho biológico supondrá la eliminación de un nuevo ser humano. Digo esto, porque es un argumento intencionadamente difundido, cuando se trata de establecer el momento del inicio de la vida humana, que ésta se inicia con la implantación, es decir, cuando el óvulo femenino fecundado anida en el útero materno: esto no resiste la más mínima crítica científica.

Si así fuera, que la vida se inicia con la implantación, no habría aborto, no habría eliminación de vidas humanas, si previamente no existe implantación del óvulo fecundado; pero si no es así -como ciertamente no lo es-, cualquier interrupción de la trayectoria vital de un óvulo fecundado constituye la eliminación de un ser de nuestra misma especie, de un ser humano y, por lo tanto, es un aborto provocado.

(...). Centraré mi exposición en determinadas prácticas anticonceptivas y en su relación directa, de causa a efecto, con el aborto.

PILDORA ANTICONCEPTIVA


No vamos a entrar aquí en la valoración ético-moral de la anticoncepción oral, pues excede al objetivo de esta exposición, sólo nos vamos a detener en si estas prácticas llevan aneja o no pérdida de vidas humanas. (...).
 
Si la píldora (…) impide la gestación por un mecanismo antiimplantatorio, es decir abortivo, habrá que admitir que en la medida en que ello ocurra se estará favoreciendo el aborto, se estará propiciando el que se pierdan vidas humanas.(...)

Como muy bien saben la píldora está compuesta por estrógenos y progesterona,(...). El efecto predominante del componente estrogénico de la píldora es inhibir la secreción de la FSH, mientras que la progesterona fundamentalmente inhibe la liberación de la LH. Como resultado de ambas acciones se frena la ovulación y por tanto se impide la fecundación. Pero también la píldora tiene otras acciones, como son (...) la alteración del endometrio que dificulta la implantación. Por los dos primeros mecanismos la píldora actuará como anticonceptiva, por el último actuaría como abortiva. Estos mecanismos de acción de la píldora son hoy día ampliamente admitidos (...).

Parece por tanto irrefutable que uno de los mecanismos por los que actúa la píldora anticonceptiva para impedir la gestación es dificultando la implantación del óvulo ya fecundado, por lo que en consecuencia en las ocasiones en que así actúe, lo haría por un mecanismo abortivo.

(...) se está difundiendo ampliamente la utilización de la mini-píldora (…). Es decir la minipíldora, al contrario de la píldora tradicional, tenderá a actuar más por un mecanismo antiimplantatorio que anticonceptivo.

Por tanto se puede asegurar que en un número no bien determinado de casos, pero sin ninguna duda en un número cierto de ellos, la píldora, cualquiera que sea su composición química, puede actuar por un mecanismo antiimplantatorio, es decir puede ser abortiva.

Vamos a analizar qué cuantía de abortos, podría ser dependiente de la utilización de la píldora en el conjunto de la población mundial.

En el momento actual no es fácil establecer en qué porcentaje de casos la píldora actúa como anovulatoria, anticonceptiva, o antiimplantatoria, pero lo que sí es cierto, como anteriormente comentábamos, es que en un porcentaje seguro de casos actúa por el ya referido mecanismo antiimplantarorio. (...). De todas formas para no pecar de extremistas vamos a partir en nuestros cálculos de que en el conjunto de la anticoncepción oral solamente en el 10% de los casos se evite la gestación por un método abortivo. ¿Cúantos abortos supondría ello en el conjunto de la anticoncepción mundial?

Para calcularlo habría que conocer los siguientes puntos:1) número total de usuarias por año; 2) posibles embarazos que se hayan evitado por un mecanismo antiimplantatorio.

Parece que el número de usuarias de la píldora puede oscilar entre 50 y 100 millones (Contracepción 34:3,1986), aunque esta cifra de acuerdo con otros autores (J Chem Education 55:591 596,1978) estaría más próxima de los 100 millones,(...).

Todos los datos (...) parecen indicar que una pareja con relaciones sexuales libres y sin utilizar métodos anticonceptivos, evitan alrededor de dos gestaciones anuales. Dado que la píldora, como anteriormente hemos comentado, la utilizan alrededor de 100 millones de mujeres, se habrían evitado por este mecanismo arededor de 200 millones de gestaciones/año. Como anteriormente habíamos llegado a la conclusión de que en un 10 % de los casos la píldora podría evitar la gestación por un mecanismo antiimplantatorio, se podría estimar que como consecuencia de la utilización de la píldora se producen alrededor de 20 millones de interrupciones de vidas humanas/año.

Por tanto, (...), se podría afirmar sin temor a que la cifra obtenida se aleje mucho de la verdadera, que alrededor de 20 millones de vidas humanas se eliminan al año por causa de la píldora.”

Fuente: Cuadernos de Bioética, ISSN 1132-1989 Nº 5, 1º/91 PP. 27-32