¿Cual
será el verdadero alcance de la reforma de la ley del aborto que
prepara el PP?
Según
el Instituto Nacional de Estadística, entre los años 2000 y 2009,
cerca del 97 % de los abortos que se produjeron en España se hicieron por "salud
materna", cerca del 3 % por "riesgo fetal", del orden de 0,02 % por violaciones y el resto por
otros motivos. Se pueden ver con exactitud los datos oficiales en el informe anual de "Interrupución Voluntaria del Embarazo. Datos definitivos correspondientes al año 2009" del Ministerio: http://www.msc.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/docs/publicacionIVEcompleto_2009.pdf
Ante estas cifras, resultan preocupantes las declaraciones del actual ministro de justicia, en las que afirma que la futura ley del aborto volverá a un sistema de supuestos. Si bien -así lo ha indicado Gallardón- entre estos supuestos no estaría recogido el de malformación del futuro niño, sí que podría estar -al menos el Gobierno no se ha pronunciado al respecto en ningún momento- el de “riesgo para la salud psíquica para la madre”.
Si así fuera, la reforma la la ley del aborto que está preparando el PP podría ser incluso más permisiva que la actual ley.
Reproducimos
a continuación parte de un
artículo publicado recientemente por el diario "El País" en el
que se reflexiona sobre dicha posibilidad.
"Las declaraciones públicas del ministro de Justicia, Alberto
Ruiz-Gallardón, han hecho pensar a muchos que prepara la ley del
aborto más restrictiva de la democracia. Las declaraciones privadas
de los responsables del ministerio que están ultimando el borrador
auguran, por el contrario, una ley que podría estar entre las menos
restrictivas de Europa. Las claves para resolver esta contradicción
están escondidas en lo que se dice, y en lo que no.
Lo
primero que Gallardón ha dicho es que el feto volverá a tener
derechos durante todo el embarazo —porque eso es, sostiene, lo que
el Tribunal Constuticional dictó en 1985: que tanto la madre como el
feto los tienen—. “Son dos sujetos con derechos; si esos derechos
entran en colisión, hay que determinar qué sucede. Pero lo que no
se puede es eliminar el derecho de uno de los dos”, afirma el
ministro. En la práctica, esto quiere decir que se acabó la ley de
plazos actual, que rige en España desde 2010 —y en la mayoría de
países de la UE desde antes— y que crea un plazo (14 semanas) en
el que la madre puede abortar sin alegar ningún motivo, simplemente
porque es su derecho. Eso desaparecerá. Se volvería entonces a una
ley de supuestos despenalizados, y para acogerse a ellos habría que
alegar un motivo.
(…)
la malformación o minusvalía del feto ya no será considerado un
supuesto para abortar, porque eso, afirma él, es discriminar a las
personas discapacitadas.
Hasta
aquí, lo que Ruiz-Gallardón ha dicho en público. Luego está lo
que él no ha dicho pero ha salido publicado —citando fuentes de
Justicia, y nunca desmentido— en varios medios, incluido EL PAÍS:
que la ley que prepara el ministro podría reducir todos los
supuestos de 1985 a uno solo, el daño psicológico a la madre; y que
sería la madre la que tendría la última palabra para decidir si
aborta (...). Es decir, que, por ejemplo, aunque la malformación del
feto desapareciera como supuesto legal, la mujer embarazada podría
alegar que tener ese hijo le afecta psicológicamente, y someterse a
un aborto.
Esa
fórmula permitiría a Ruiz-Gallardón conciliar en la ley los dos
derechos que el PP aboga por defender: el del feto y el de la madre.
La mujer no tendría un derecho puro, unilateral, legal, a
interrumpir su embarazo, ni en las primeras 14 semanas ni en ningún
momento; pero, en última instancia, la realidad es que su decisión
primaría. Habría, sobre el papel, un conflicto reconocido de
derechos —y de ahí la obligación de someterse al informe de los
médicos, reflexionar sobre las alternativas, etcétera—, pero
resuelto en la práctica a favor de la madre.
Si
esa es realmente la ley que prepara Ruiz-Gallardón se trataría, en
cierto sentido, de una norma más permisiva que la actual. Porque la
ley de plazos en vigor establece el aborto como un derecho de la
madre en las primeras 14 semanas, pero luego ya solo permite
interrumpir el embarazo por malformación del feto hasta la semana
22, y a partir de ahí ya no permite abortar (salvo por riesgo de
muerte o enfermedad gravísima del feto). La nueva ley también
tendría un plazo máximo, pero probablemente superior a 14 semanas
(ya que muchos problemas fetales se detectan después), y la última
palabra la tendría siempre la mujer. Sería casi como una ley de
plazos pero con un plazo más amplio y, eso sí, con obstáculos
teóricos, formales, a la libertad de la madre (...)”
Se puede ver el artículo íntegro en http://politica.elpais.com/politica/2012/08/25/actualidad/1345912112_356146.html
Se puede ver el artículo íntegro en http://politica.elpais.com/politica/2012/08/25/actualidad/1345912112_356146.html