La
cara oculta del aborto (I)
Reproducimos
por su interés parte de
la exposición “La
Cara Oculta del Aborto”
del doctor Justo Aznar, miembro de la Academia Pontificia para la
Vida y miembro
numerario de la Real Academia de Medicina de la Comunidad Valenciana.
Dicha exposición trata de las consecuencias sobre la vida humana de
determinados métodos “anticonceptivos”.
“No
es infrecuente que ante un hecho o situación concreta la sociedad
responda con una valoración ética muy diferente, según cómo dicha
situación se le presente.
En
este sentido existen
formas del mismo hecho que hieren más intensamente la sensibilidad
pública que otras, aunque en el fondo todas ellas debieran merecer
el mismo calificativo moral.
Esto
puede aplicarse directamente al caso del aborto provocado.
La valoración ético-moral que el aborto merece no es uniforme en
todas las ocasiones, ya que depende en gran medida de cómo dicho
aborto se nos presente. Está
claro el rechazo de gran parte de la sociedad de las formas técnicas
digamos “tradicionales” de efectuar el aborto, pero no lo está
tanto en muchas otras formas de interrupción de la vida humana, que
por no tener el dramatismo que normalmente muestra el aborto, nos
pasan casi inadvertidas y existe una mucha menor sensibilidad social
y crítica ante ellas.
Entre
estas situaciones en las que se eliminan vidas humanas de no nacidos,
se encuentran fundamentalmente las prácticas de fecundación “in
vitro” y gran parte de los sistemas anticonceptivos que en la
actualidad se utilizan. A estas formas solapadas de aborto, de
eliminar vidas humanas incipientes, es a lo que voy a referirme en
esta exposición.
Antes
de entrar en ello, es necesario que me detenga en un hecho biológico
fundamental para la comprensión del problema. Me refiero a la
valoración del momento en que se inicia la vida humana.
Si
se admite que la vida humana empieza con la fecundación, es decir,
con la unión del óvulo y el espermatozoide, cualquier interrupción
de la misma después de este hecho biológico supondrá la
eliminación de un nuevo ser humano. Digo esto, porque es un
argumento intencionadamente difundido, cuando se trata de establecer
el momento del inicio de la vida humana, que ésta se inicia con la
implantación, es decir, cuando el óvulo femenino fecundado anida en
el útero materno: esto no resiste la más mínima crítica
científica.
Si
así fuera, que la vida se inicia con la implantación, no habría
aborto, no habría eliminación de vidas humanas, si previamente no
existe implantación del óvulo fecundado; pero si no es así
-como ciertamente no lo es-, cualquier interrupción de la
trayectoria vital de un óvulo fecundado constituye la eliminación
de un ser de nuestra misma especie, de un ser humano y, por lo tanto,
es un aborto provocado.
(...).
Centraré mi exposición en determinadas prácticas
anticonceptivas y en su relación directa, de causa a efecto, con el
aborto.
PILDORA
ANTICONCEPTIVA
No
vamos a entrar aquí en la valoración ético-moral de la
anticoncepción oral, pues excede al objetivo de esta exposición,
sólo nos vamos a detener en si estas prácticas llevan aneja o no
pérdida de vidas humanas. (...).
Si la píldora (…) impide la
gestación por un mecanismo antiimplantatorio, es decir abortivo,
habrá que admitir que en la medida en que ello ocurra se estará
favoreciendo el aborto, se estará propiciando el que se pierdan
vidas humanas.(...)
Como
muy bien saben la píldora está compuesta por estrógenos y
progesterona,(...). El efecto predominante del componente estrogénico
de la píldora es inhibir la secreción de la FSH, mientras que la
progesterona fundamentalmente inhibe la liberación de la LH. Como
resultado de ambas acciones se frena la ovulación y por tanto se
impide la fecundación. Pero también la píldora tiene otras
acciones, como son (...) la
alteración del endometrio que dificulta la implantación. Por
los dos primeros mecanismos la píldora actuará como anticonceptiva,
por el último actuaría como abortiva. Estos mecanismos de
acción de la píldora son hoy día ampliamente admitidos (...).
Parece
por tanto irrefutable que uno de los mecanismos por los que actúa la
píldora anticonceptiva para impedir la gestación es dificultando la
implantación del óvulo ya fecundado, por lo que en consecuencia en
las ocasiones en que así actúe, lo haría por un mecanismo
abortivo.
(...)
se está difundiendo ampliamente la utilización de la
mini-píldora (…). Es decir la minipíldora, al contrario de la
píldora tradicional, tenderá a actuar más por un mecanismo
antiimplantatorio que anticonceptivo.
Por
tanto se puede asegurar que en un número no bien determinado de
casos, pero sin ninguna duda en un número cierto de ellos, la
píldora, cualquiera que sea su composición química, puede actuar
por un mecanismo antiimplantatorio, es decir puede ser abortiva.
Vamos
a analizar qué cuantía de abortos, podría ser dependiente de la
utilización de la píldora en el conjunto de la población mundial.
En
el momento actual no es fácil establecer en qué porcentaje de
casos la píldora actúa como anovulatoria, anticonceptiva, o
antiimplantatoria, pero lo que sí es cierto, como anteriormente
comentábamos, es que en un porcentaje seguro de casos actúa por el
ya referido mecanismo antiimplantarorio. (...). De todas formas para no pecar de extremistas
vamos a partir en nuestros cálculos de que en el conjunto de la
anticoncepción oral solamente en el 10% de los casos se evite la
gestación por un método abortivo. ¿Cúantos abortos supondría
ello en el conjunto de la anticoncepción mundial?
Para
calcularlo habría que conocer los siguientes puntos:1) número total
de usuarias por año; 2) posibles embarazos que se hayan evitado por
un mecanismo antiimplantatorio.
Parece
que el número de usuarias de la píldora puede oscilar entre 50 y
100 millones (Contracepción 34:3,1986), aunque esta cifra de acuerdo
con otros autores (J Chem Education 55:591 596,1978) estaría
más próxima de los 100 millones,(...).
Todos
los datos (...) parecen indicar que una pareja con relaciones
sexuales libres y sin utilizar métodos anticonceptivos, evitan
alrededor de dos gestaciones anuales. Dado que la píldora, como
anteriormente hemos comentado, la utilizan alrededor de 100 millones
de mujeres, se habrían evitado por este mecanismo arededor de 200
millones de gestaciones/año. Como anteriormente habíamos llegado
a la conclusión de que en un 10 % de los casos la píldora podría
evitar la gestación por un mecanismo antiimplantatorio, se podría
estimar que como consecuencia de la utilización de la píldora se
producen alrededor de 20 millones de interrupciones de vidas
humanas/año.
Por
tanto, (...), se podría afirmar sin temor a que la
cifra obtenida se aleje mucho de la verdadera, que alrededor de 20
millones de vidas humanas se eliminan al año por causa de la
píldora.”
Fuente:
Cuadernos
de Bioética, ISSN 1132-1989
Nº 5, 1º/91 PP. 27-32