Reproducimos a continuación parte del
comunicado de Margarita Cabrer, que ha denunciado por agresiones a
unos de los trabajadores de un centro abortista de Badajoz.
“El día 27 tengo un juicio contra uno de los trabajadores del abortorio. Al final los proaborto dan la cara y esta es muy fea y agresiva.
Se quitan la careta de ayudadores
de la mujer y paladines
de la libertad femenina y de su boca salen lindezas como
«marchaos de misioneras a Perú, no tenéis ni p... idea
de lo que sufren las mujeres». Directas a tu cara pues
el tipo está ocupando sin pudor alguno tu espacio personal.
Llegar a las manos estaba cantado pues la línea de
separación entre una agresión verbal y una física es muy fina; en
ambos casos se ha perdido el respeto al ser humano y se le trata
abusivamente.
(...)
Bien, pues el día 15 de mayo, y mientras me encontraba
hablando con una vecina del barrio de San Fernando donde está
ubicado el matadero de niños, el individuo en cuestión que ya había
traspasado en días anteriores la línea imaginaria de la agresión
verbal; volvió a increparme y a gritarme como si yo fuera un perro
que se orinase en la puerta de su negocio.
Cuando al acercarse una pareja intenté entregarle unos
folletos informativos me los arrancó de la mano impidiéndoles a
ellos ser informados y a mi expresar mis opiniones; vulnerando uno de
los Derechos Humanos con mas predicamento: «Todo
individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión;
este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones,
el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de
difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de
expresión». Artículo 19 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos.
Al agarrarme del brazo mientras me zarandeaba y gritaba:
«fascistas iros al parlamento a defender eso, y si no os
hacen caso os j...» dejo clara su catadura moral,
personal y ética así como las intenciones verdaderas de
su agresión, que es, a mi juicio, intimidarme para que no
vuelva a aparecer por el abortorio a ofrecer ayuda a las mujeres.
(...)porque los abortistas necesitan contar con el silencio
de la sociedad que observe sus atropellos sin decir nada.
Necesitan, ya que la gente de bien no les va a apoyar
expresamente en sus agresiones a los niños que no han nacido; que
por lo menos se mantengan en silencio y sin intervenir ante estas
agresiones y actos violentos, para así poder interpretarlos como una
señal de conformidad. De ahí que lo primero que buscan con la
propaganda es quitar la legitimidad a los ciudadanos de expresar su
opinión en contra del aborto.
¡Solo la mujer tiene derecho a decidir sobre su cuerpo!
Lo malo es que ni es su cuerpo el cuerpo del bebe pues posee
otro ADN diferente al suyo; ni tener un hijo es cosa solo de uno sino
de dos y el padre es ignorado, humillado y pisoteado en gran parte
de los casos .
De modo que lo que es solo opinión de unos pocos los
negociantes del aborto llega a ser considerado como una
manifestación de aceptación generalizada de toda la sociedad.
Y prolongar en el tiempo esta situación dificulta cada vez más
la expresión de posiciones contrarias a este tipo de acciones, y en
este sentido promueve la violencia porque la victima pierde la
esperanza de encontrar apoyo y va al abortorio como oveja al
matadero. Sin rechistar.
Los agresores persisten en su conducta impunemente y los
observadores van desarrollando diversas estrategias de afrontamiento
como evitar el contacto visual (algunas personas se cruzan de acera
para no encontrar sus miradas con las nuestras en la puerta del
abortorio) evitan hablar de lo ocurrido (algunos vecinos niegan
conocer la existencia del abortorio en su barrio) y al contrario dan
señales pasivas o activas de simpatía con los agresores
(minimizando la gravedad de lo ocurrido, echando la responsabilidad
exclusivamente sobre la madre, etc.)
Se entiende por agresión cualquier forma de conducta dirigida
a dañar o a injuriar a otro ser vivo que está motivado a evitar tal
trato. (Barón y Richardson)
Se incluyen por tanto como agresión las conductas que teniendo
intención de provocar un daño, fracasan en lograr el objetivo.
Los intentos frustrados de difamar, difundiendo rumores, o los
intentos fallidos de aterrorizar si serian casos de agresión.
La intención de hacer daño es, sin duda, el elemento central
de la definición de este tipo de comportamientos.
Así que por eso, señor gerente del abortorio de Badajoz le
denuncio por agresión, aunque su acción haya fallado y cada lunes y
cada martes seguirá usted teniendo este perro que le orine en la
puerta de su negocio"
Fuente: http://www.infocatolica.com/?t=opinion&cod=12156
Apoyamos la decisción tomada por Margarita Cabrer y aplaudimos su esfuerzo por la defensa de la vida.
VITA ET VERITAS